jueves, 12 de octubre de 2017

REPORTAJE AL POETA Y ESCRITOR LUIS FERNANDO AZAMOR GANADOR DEL CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA EN HOMENAJE A PINOCHO

Hemos realizado este interesante reportaje a Luis Fernando Azamor, ganador del "I Certamen Internacional de Poesía en Homenaje a Pinocho" con su poesía "Giovanni y Gepetto", reside en Zárate, Provincia de Buenos Aires, Argentina.  






¿Cómo definiría el arte poético?
Decir “arte poético” es redundancia: no hay arte que no lo sea, y la propia poesía (la clásica lira literaria) tiene su raíz expresiva, pasional, como toda actividad artística. Ahí vamos entendiendo la visión de la poesía en su función literaria. Es importante rescatar el factor final, común a todas las ramas del arte: el espectador. En el teatro, la música, la danza, la pintura, a veces el artista puede observar al espectador y percibir su reacción… La poesía es un mensaje en una botella que deriva por playas lejanas y quien la encuentra casi nunca está ante el poeta que quizás ha convocado con acierto a la emoción.

¿Podría relatarnos un poco de su autobiografía literaria?
Empecé a escribir poesía en la primaria, a los doce años… Dos años después comencé con la narrativa. Integro la Sociedad Argentina De Escritores y he escrito teatro, novela, guión de cine, cuento, ensayo y poesía.

¿Qué lo atrajo del mundo de las letras?
Soy lector. Eso explica todo. Los lectores nos conocemos y “lo que estamos leyendo” suele ser el tema de conversación… Básicamente leo “Literatura”, pero también me gusta acercarme a ciencia, política, historia…
¿Cómo definiría su estilo poético, y que poetas influyeron en su escritura?
Soy un mal poeta pero pongo corazón en mis letras. Nadie piense que hago falsa humildad, digo que soy malo como poeta pero soy bueno como narrador. Cuando escribo poesía es por una necesidad urgente, una total desesperación por decir, expresarme, que no puede aguardar.

¿Qué poesía u obra poética adoptaría como bandera si tuviera que decidir?
Para mí, toda la magia de la poesía la logró Martí en “La rosa blanca”, es la voz de un hombre del amor. No casualmente José Martí y Alfonsina son mis poetas más amados.
¿Desde su comienzo cómo ve la transformación de su poesía a través del tiempo?
Mi poesía no ha evolucionado mucho… No me disculpo, asumo: escribo al viejo estilo, con cierta rima, cierta métrica y cierto ritmo, poesía antigua, perimida. La aprendí así, la siento así, me sale así.

¿Usted considera que se nace o se hace escritor?
No generalizo: siento que nací para escribir. Escribir me salva de implosionar, me ha salvado de odios. Escribir me ha permitido elevarme en todo sentido.

¿Qué consejos le daría a un joven escritor?
Responder a esto es afirmar que me siento capacitado para dar un consejo… Y el primer consejo es el más sencillo, elemental e ineludible: leer, leer mucho,
constantemente y variado. Me asquea la falsa modestia, por lo cual contaré esta anécdota: hace un tiempo, uno de los mejores escritores de la región me agradeció públicamente, me llamó “mi maestro”… Me puse todo colorado ante semejante homenaje… Luego pensé: los jóvenes se me acercan, me preguntan, me muestran qué están haciendo… Ya tengo asumido mi papel de maestro, palabra sagrada para mí. Y les digo a todos lo que aprendí, incluso algunas estrategias “mías” (aunque la pólvora ya fue inventada) que otros ocultarían “para no avivar giles”. He tenido varios maestros, puedo nombrar en particular a Estefanía Ragazzo, Alberto Carranza Fontanini y Nilda Carboni y hoy es mi orgullo transmitir algo de lo que me enseñaron.

¿Cómo ve el camino para editar?
La tecnología ha abaratado costos mas el problema sigue siendo el dinero... A los jóvenes les recomiendo que caminen, vayan con grupos editores, editoriales, que participen en concursos, que concurran a diarios, críticos literarios y demás, buscando la oportunidad para hacerse conocer, que evalúen su obra y publicar. También se puede escribir en espacios de Internet. Todo es válido para difundir su decir, no se limiten al “libro personal”, amplíen su horizonte, hoy se puede acceder hasta a editores en otros países…

¿Qué espera lograr desde la poesía?
Expresarme. Eso es todo. Sin embargo, para mi sorpresa, alguna persona me ha venido a felicitar y hasta a agradecer por un poema… Eso obliga al poeta a continuar diciendo cosas, pues hay un desconocido necesitando esas palabras.

¿Cuál es su libro de cabecera y qué libros recomienda leer?
No sé qué significa “libro de cabecera”… Ja, ja, en la cabecera de mi cama siempre hay como mínimo, cuatro libros que voy leyendo al mismo tiempo… Se me mezclan las historias, los personajes, me confundo “quién dijo qué”… Pero me encanta eso: una noche leo de este libro, a la noche siguiente de este otro… “Lectura cíclica”, diría yo, lectura circular… Y cuando estoy por terminar uno, ya me preocupa elegir cuál será su remplazante… No creo mucho en el concepto de “libro de cabecera”: sentiría que me he detenido, que no tengo curiosidad. Eso se puede esperar en un creyente religioso que basa sus actos y visión en la Biblia o el Corán, por ejemplo (y dicho con respeto), pero yo como lector y escritor, siempre estoy dispuesto a conocer nuevos libros, nuevos autores. Mi única exigencia es que sean entretenidos.

¿Utiliza los nuevos canales de difusión cibernética?
No. Mas no estoy opuesto a la tecnología: ocurre que trabajo muchas horas al día con una computadora, así que al finalizar la labor diaria no quiero ver una compu… Con nuevos formatos comunicacionales los escritores llegan a nuevos lectores, por lo cual deben ocupar esos espacios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario